Finalizó los estudios en 1870. Inició su trabajo en varios distritos forestales y en la Escuela de Ingenieros de Montes, donde llegó a ser catedrático. Finalizó su vida profesional en la Junta Consultiva de Montes, el máximo órgano directivo de la Administración forestal. Se considera el pionero en la elaboración de tratados sobre silvicultura mediterránea y en especial sobre el corcho y su industria que han sido usados por numerosos alumnos y otros interesados en el tema.
Investigó los problemas de la hilatura de fibras textiles y en el año 1913 inventó un dispositivo para la filatura de algodón, el cual, basado en un mecanismo que denominó sistema de grandes estirajes, revolucionó la industria algodonera.
Realizó estudios celulares sobre los diferentes tipos de maderas y estableció nuevos procedimientos analíticos para la determinación de las especies a través de su madera. Publicó varios estudios al respecto, innovadores en el campo de la histología vegetal, cosa que fue reconocida por el Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal.
Ingeniero industrial, catedrático de análisis matemático en la Escola d’Enginyers Industrials de Barcelona, de la cual fue director (1913-32).
Ingeniero urbanista. Inició sus estudios de latín y filosofía en Vic, y amplió estudios de matemáticas y de arquitectura en Barcelona. En 1836 se trasladó a Madrid, donde ingresó en la escuela de ingenieros de caminos, y obtuvo el título en 1841.
Fue catedrático de cálculo diferencial e integral de la escuela de ingenieros de Barcelona desde 1891. En 1909 obtuvo la creación de una cátedra de cálculo infinitesimal. Realizó estudios de la relación entre las matemáticas y la música.
Nació en Torroella de Montgrí el 1 de diciembre de 1812, hijo de Jaume Giró y de Úrsula Aranols. El matrimonio vivió en Torroella, donde el padre era sastre y, más tarde, toda la familia se trasladó a Figueres, la ciudad natal de la madre, donde Andreu estudió primaria y secundaria.
Estudió en las clases de la Junta de Comercio. Fue uno de los miembros de la primera promoción de ingenieros industriales.
Destaca por su impulso en la concienciación popular de la importancia de los bosques para la protección del territorio, cosa que hizo a través de muchos artículos, el más significativo publicado a La Vanguardia en 1898 (La Patria y el árbol). A continuación, en 1899, se celebraba, en iniciativa suya, la primera fiesta del árbol en Barcelona, la cual se consolidó definitivamente por la Real orden de 1915 donde se establecía como obligatoria esta celebración.
Ingeniero y catedrático de electricidad por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Profesor recordado, ingeniero reconocido y una figura académica respetada, Enric Ras i Oliva llevó la ingeniería más allá de lo que se podía cuando empezó a practicarla, en mitad de la guerra civil española. Implicado no sólo en su trabajo, sino en el futuro de la ingeniería en Cataluña y el de su formación, también supo remarcar la importancia de la responsabilidad ecológica y social que todo esto implicaba.
Participó en la realización de grandes obras públicas en América del Sur. Con motivo de las excavaciones requeridas por estas obras descubrió huesos de un tamaño muy superior al habitual.
Estudió en Charlottenburg (Berlín), Barcelona y Madrid. Se doctoró también en ciencias exactas y físicas y fue profesor de las universidades de Zaragoza, Barcelona y Madrid. Se especializó en ciencias físico-matemáticas, publicó numerosos artículos sobre estos temas y en 1909 leyó su discurso de ingreso en la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona, «Emisión de radiaciones por cuerpos fijos o en movimiento».
Ingeniero de minas y geólogo. Ejerció en las minas de Linares (Andalucía) y Almadén (Castilla la Nueva) y en 1881 fue ingeniero jefe del distrito de minas de Girona; más tarde (1883) dirigió la sección de minas de la Societat del Ferrocarril i Mines de Sant Joan de les Abadesses. ).
Finalizó sus estudios en 1865. Fue destinado en las Filipinas, como inspector de montes, y cuando en 1871 y en 1876 se creó la Comisión de la Flora y Estadística Forestal para esta colonia fue nombrado su director, compaginando dicho trabajo con la de director del Jardín Botánico de Manila (1878-1889). Fue un eminente botánico y escribió varias obras sobre la flora de las Filipinas que contrastó con colecciones depositadas en todo el mundo.
Ingresó en el cuerpo facultativo correspondiendo en 1934. Trabajó al servicio de la Generalitat republicana entre 1931 y 1939, como responsable de la Oficina del Servicio Forestal de Girona y como profesor de silvicultura y dibujo topográfico de la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona. Pasada la Guerra Civil Española fue destinado a la Diputación de Barcelona y a la Confederación Hidrográfica del Pirineo (1958).