Estudió las primeras letras en Sitges, población natal de su padre, se licenció en medicina en Barcelona (1863) y se doctoró en Madrid (1864). Fue médico titular del Hospital de la Santa Creu en 1869.
En 1875 ganó la cátedra de patología interna en la facultad de Barcelona, y presidió la Academia y el Laboratorio de Ciencias Médicas. Intervino en el traslado de la facultad de Medicina y del Hospital Clínico, y en la fundación del Hospital de Sant Pau. Gozó de un gran prestigio por sus diagnosis (fue llamado en la última enfermedad de Alfonso XII). Altruista, visitaba gratuitamente muchas veces, y destacó especialmente en les epidemias barcelonesas de fiebre amarilla (1870) y de cólera (1885). Aficionado a les cuestiones de antropología, dio diversas conferencias, entre las cuales cabe destacar la polémica sobre La raza catalana (1899) en el Ateneu Barcelonès. Presidió esta entidad en 1881-82 y en 1900-01, como también la Societat d'Amics del País 1898-99), en representación de la cual y juntamente con otros presidentes de entidades barcelonesas entregó en noviembre de 1899 a la reina Maria Cristina de Austria un mensaje de contenido regeneracionista donde se formulaban aspiraciones de catalanismo. Al constituirse, hacia marzo del 1899, el gobierno conservador de Francisco Silvela, fue nombrado alcalde de Barcelona. Desde este cargo, intentó introducir una reforma del personal y llevó a cabo una depuración del censo electoral; a raíz de la formación y el agravamiento del conflicto llamado Cierre de cajas se vio obligado a acatar el gobierno con la firma de unos pocos decretos autorizando el embargo de los morosos y dimitió a mediados de octubre, hecho que le dio gran popularidad. Al formarse la Lliga Regionalista en 1901 pasó a presidirla, y en las elecciones parlamentarias de ese año fue elegido diputado a cortes por Barcelona por la candidatura catalanista. En el congreso, manifestó claramente el programa regionalista, denunció los abusos lerrouxistas en las elecciones municipales de 1901 y la debilidad de las autoridades en la huelga general de febrer de 1902. Al morir, su popularidad era tal que se promovió la erección de un monumento dedicado a él en Barcelona. Encargado en principio a Lluís Doménech y Montaner y a Josep Llimona, constituyó uno de los principales conjuntos escultóricos de éste (1904-10), a quien se ha atribuido la paternidad total del monumento, aunque se ha señalado la mano de Antoni Gaudí en el trazado arquitectónico, evidentemente gaudiniano. Desmontado el 1940, su restitución fue, acabada la era franquista, motivo de campañas ciudadanas y, finalmente, finalizada en 1985. En Camprodón había otro monumento, destruido por una riada en los años cuarenta, y en Sitges se conserva otro, en actitud sedienta, obra del escultor Josep Reynés.