Participó en la realización de grandes obras públicas en América del Sur. Con motivo de las excavaciones requeridas por estas obras descubrió huesos de un tamaño muy superior al habitual.
Pensó que pertenecían a animales desaparecidos, cosa que despertó su afición por la Paleontología. Llegó a obtener una colección de piezas muy importante. Los museos de Historia Natural más importantes de Europa (entre ellos el British Museum) le ofrecieron auténticas fortunas por ella. Rodrigo i Botet, sin embargo, no cayó en la tentación e hizo donación gratuita a la ciudad de Valencia. Con estos fondos se fundó el Museo Paleontológico de Valencia.